Las cortinas y persianas tienen muchos beneficios: aseguran privacidad al interior del inmueble, pueden ser barrera para la temperatura y la luz exterior y suman a la personalidad de nuestros espacios. Pero, ¿cuál es la mejor opción para tu hogar? analicemos algunas características básicas para poder responder a esa pregunta
Persianas
Las persianas consisten en un sistema de paneles que por medio de un mecanismo pueden regular la entrada de la luz. Las más comunes son verticales y se enrollan en un tambor, permitiendo así la visibilidad al exterior. Se pueden elaborar a partir de PVC, aluminio, madera o tela. También se pueden apilar de manera horizontal o bien, en el caso de las de madera o metal, modificar su posición para abrir el paso de la luz y crear un tipo de celosía.
Entre sus ventajas está la fácil instalación en la mayoría de los casos. Incluso ahora es común encontrar en tiendas departamentales y supermercados versiones económicas y sencillas que se pueden instalar alguien sin mayor experiencia. Su versatilidad garantiza que se puedan encontrar las adecuadas para cada espacio. También son menos propensas a almacenar polvo.
El mecanismo puede accionarse de manera manual o automática. En ambos casos se debe tomar en cuenta que aunque la limpieza es más sencilla, el mantenimiento del mecanismo es esencial para su durabilidad. En este último tema, al usar materiales alternos a las telas pueden prolongar su vida útil, sobre todo en los materiales como PVC o aluminio.
En sus desventajas podemos encontrar que los paneles pueden ser modulares. Esto es, si contamos con una ventana grande, lo más probable es que debamos separar en varios módulos la persiana para su correcto funcionamiento. Tampoco se recomienda para ventanas altas, el peso podría comprometer el mecanismo que las hace funcionar.
Cortinas
Las cortinas son un sistema antiguo para cubrir vanos y ventanas. Se realizan de distintos tipos de tela que se pliegan para permitir la visibilidad. Pueden ir de techo a piso para un estilo más clásico o cubrir sólo el vano detrás de ellas. Al igual que las persianas pueden ser automáticas o manuales y se pueden correr por lienzos o sólo a un extremo de la ventana.
Entre sus ventajas está el control de los ambientes por capas. Esto es: se puede colocar una tela translúcida que permite el paso de la luz solar pero bloquea la visión exterior y sobre esta poner una más pesada, incluso blackout para eliminar la luz. Así, en la misma ventana, podemos controlar el paso de la luz y temperatura recorriendo la tela que en el momento no necesitamos.
Aunque por su composición, pueden guardar más polvo, en algunas ocasiones pueden lavarse en casa. Pero, si el material lo requiere, lo ideal es enviarlas a la tintorería o contratar a expertos en limpieza. Para confeccionarlas y calcularlas es necesario contactar a alguien con experiencia. Se tienen que tomar en cuenta las medidas de la ventana, las telas y el estilo deseado para poder conseguir el resultado que se busca. Esto puede hacer que su costo se eleve un poco en comparación con las persianas.
¿Cómo elegir?
Al final la decisión depende de muchos factores: el presupuesto, el tamaño de la ventana y el estilo de la habitación. Ambas opciones tienen pros y contras, así que al final tras valorar esos tres puntos puedes tomar la mejor opción para tu espacio. Tal vez tu espacio es pequeño, rentado y el ambiente es minimalista, en ese caso una persiana puede ser la mejor opción.
Si es una ventana grande, de piso a techo y de muro a muro, en una casa propia y con decoración clásica, una cortina que se recorra por la mitad a cada extremo, puede ser la mejor opción. Ahora, sí la decoración es más tropical y la ventana da a algún espacio público, una persiana de madera que permita el paso como celosía o se abra para ver el espacio cuando se crea necesario; puede ser una opción igual de buena.
Al final la mejor opción es la que tu consideres adecuada para tu espacio, tus planes y tu presupuesto.
Fuente: www.admagazine.com